jueves, 1 de diciembre de 2011

Bodegón

http://vimeo.com/33011840

Bodegón.. De un relato de arte y religión... Y un buen vino

Una gran Obra... Por 1 hora

La fusión de dos culturas de Jorge Gonzáles Camarena. Este es mi mural favorito desde que soy niño. Ubicado en el museo del castillo de Chapultepec, fue hipnotizante para mí desde la primera vez que lo vi.
Muchas cosas fueron surgiendo a través de la hora de observación. Lo primero fue la impresión. Por tantos colores mezclados, por la fuerte imagen de un guerrero águila y un soldado español dándose muerte uno a otro. Después de unos minutos entra la primer reflexión: La muerte de ambos personajes representa el nacimiento del México actual, la mezcla de las razas representados en un abrazo mortal.
Pasan varios minutos. No pasa nada.
Pasan más minutos. De pronto empiezan a surgir los colores. La gama de la paleta. Desde tonos rojos escarlatas hasta amarillos. Todos juegan en perfección con los verdes del guerrero. Pasan más minutos. Mi mente se centra en el caballo. Ese caballo que pareciera del infierno. Con esos temibles ojos rojos, me recuerdan a la película del señor de los anillos. Me hubiera encantado ver la cara del soldado español. Para ver si su cara era digna de una historia de Dante. Pero él morirá sin decírmelo. Pasan más minutos. Mi vista ahora está en los banderines. Y noto diferencias sutiles entre derecha e izquierda. Parece que cada lado representa un bando. El izquierdo lleno de banderines rojos, que al parecer le pertenecen a los españoles. De hecho esta parte me resulta extraña. ¿Donde están los ostentosos símbolos de la corona española? ¿De los reyes católicos? ¿De Aragón, León y Castilla? En cambio, del otro lado, está lo que debería ser. Banderines multicolores con plumas. De pronto. Nuevamente se atrae mi mente. Hay un asta que trae un penacho. No es un estandarte. Más extraño aún. El penacho parece que trae una cabeza. La silueta de una cabeza. Ya no sé si es parte de mi imaginación, pero de pronto de vuelve una cabeza con penacho clavada en una estaca. Y si es lo que creo, un penacho tan hermoso, sólo estaba permitido a una persona: el emperador. Camarena, nos trae la caída del imperio bélico más poderoso del continente. La muerte "del águila que cae" que es el significado de la palabra "Cuauhtémoc" el último emperador azteca. Y abajo de él, algo aún más extraño. Lo que pareciera ser la silueta de un águila devorando una serpiente. ¿Será? Puesta casi en código, para los de mirada más aguda.
Ya llevo casi 40 minutos de observación. Empiezo a cansarme. Empiezo a cuestionarme si en vd escogí una gran obra. Mi mirada se quiere desviar. Empiezo a pensar en mi sed. En mis trabajos finales que me faltan por hacer.
Pasa más tiempo. Mi atención regresa. Recuerdo esos grandes relatos que me hicieron un amante de la historia: La relación de los aztecas con la Atlántida, como pelearon casa por casa los españoles para tomar Tenochtitlán, ver 300,000 soldados de todos los señoríos rodear la gran ciudad de mis antepasados. Mi imaginación empezó a volar. Me cuestioné que se hubiera sentido estar parado en medio de la batalla con fuego y ruinas a todo alrededor, y encontrarte con la mirada de un guerrero águila. La elite de los soldados aztecas. Los más valientes, sin miedo. Viendote con esa mirada de furia corriendo y embistiéndote a toda veolcidad con esa gran armadura. ¿Hubieras pensado que era tu fin en ese momento?
Envuelto en un remolino de ideas, historias y leyendas,dejé de ver el cuadro para envolverme en él. Así pasaron los últimos 15 minutos. Después, como saliendo de un trance en una sesión de psiquiatra, miré mi reloj, y seguí recordando todo lo demás que debía hacer ese día.